No eras nadie, solo una parte más de toda esa masa anestesiada.
Vos sola te detenías, vos sola te tirabas al barro.
Estabas dominada por el no-se-qué que el mundo mandaba.
Eras en realidad un demonio dormido,
te quejabas de lo que veías
y no querías estar ahí, como todo demonio.
Para algunos vos eras un ángel,
pero tus alas se quemaron
y la dulzura de tu corazón
se fue apagando.
Al principio viajabas
de luz a oscuridad
y de oscuridad a luz,
pero hoy estás aquí a mi lado,
lo que muchos llamarían
"el lado malo" ú oscuro.
Acá hay paz,
acá sólo estás.
Sin nada que pueda hacerte mal.
Sí, realmente, llega a ser muy solitario...
Gracias niña por unirte a mí,
ahora quedate aquí, espera, al igual que yo.
19 julio 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario