27 diciembre 2010

Renacimiento

Lo único que quieren las almas perdidas, es secar tu vida, el único camino que encunetran es el del engaño,  sumidos en su eterna perdición no logran encontrar otra cosa que su sola vanidad, creyendose los dioses, pero es que no se dieron cuenta, ellos viven en un infierno, segados por sus propias mentiras de las que tarde se darán cuenta que están viviendo. 
Caminando por los oscuros pasillos de un bosque, rendida me  encontre, llegué a un claro y lo encontre a él, una esperanza en el abismo de cemento que había dejado atras, era el fenix, renaciendo de sus cenizas. Como la más colosal e intrepida ave, abrió sus alas y gritó, un grito de lucha contra el mundo que lo quería afuera, al menos creo que eso era lo que decía con aquel estruendo que salía de su boca; luego, abrió sus alas nuevamente, y emprendió vuelo, alejandose en la cálida noche, dejandome atras.
Me encontre en soledad, pero supe que la lucha debía continuar, como el fenix renaciendo debía volver a luchar contra mi peor enemigo, yo mísma.

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