11 octubre 2010

Feuer

El mundo dejó de ser mundo
y se convirtió en infierno
El sol como fuego
qema mi vida lentamente,
mientras me retuerzo
en los escalones del castillo
que alguna vez juntos creamos.
Mis gritos son apagados
por los gritos de los negros cuervos,
que con mucha malicia
disfrutan el ver mi alma herida.
Se impregna mi ser entero
con el dolor de los años,
mis lagrimas rojas
piden tu ayuda a gritos moribundos,
tu dulce perfume se convirtió
en un agrio recuerdo del ayer.
Los fantasmas de mi pasado
atormetan este sádico final,
con sus recuerdos
me envuelven hasta el ocaso,
donde mi vida allí quedará
con tu recuerdo.


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