En el circo de los condenados,
el muerto se rie del desgollado.
El alma en pena, sentada en la primera fila
del show de payasos diabólicos
espera hace más de un siglo
a alguien compatible con ella.
Cada ente solo, en la oscuridad
realiza su más risible maldad.
Cada sombra, diablo, demonio...
Cree solo estar.
No quieren mirar, no quieren aceptar
por su terquedad su miedo no aceptaran,
que no están solos,
hay muchos más a su alrededor.
Pero el circo diabolico para eso está...
Para quitarte el alma, y con tigo Jugar.
Son todos marionetas, de un maldito titiritero.
09 junio 2010
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