
Bailando una negra melodía,
unicos seres de las sombras,
no eran ni luz ni oscuridad.
La melodía de un oscuro amor
los llevaba por todo aquél sombrío lugar,
seres extraños, demonios, angeles travestidos,
dioses y ánimas sin pasaje de vuelta
los veían a ellos moverse en el salón.
-Que torpes- se les oía exclamar,
-no saben danzar- se oía decir.
Es que no sabén llevar al amor- dijo el joven caballero. No es como aquellas rameras, que se conforman con mover los pies.
El amor es más exquisito, sabe moverse, puede parecer fácil de llevar pero es muy rebelde y con el tiempo sabe lo que quiere. Estoy seguro (decía el jovén muy convensido de sí mísmo) que jamás se cruzaron con el amor verdadero, por miedo y principalmente, porqe sabían que hiba a ser dificil de llevar.
Demonios, ángeles, raros seres callaron todo el tiempo en el qe habló
el extraño ente de las sombras, con su damicela en brazos.
De fondo se escuchaban las melodías de un violín, interpretadas por aquél
que le vendió su alma al mal para tocar como jamás se ha escuchado.
Ambos jóvenes, totalmente enamorados, siguieron danzando toda la noche. Cuando los demas invitados quicieron acordarse, ellos habían ya desaparecido, y aunque no lo querían admitir, los demonios sabían que aquél misterioso joven con su dama tenía razon, que el amor era algo insulso para ellos, que jamas supieron aceptar la verdad, y se entregaron solo a los placeres.